Conócenos

Las Tres Gracias está formado por un equipo de personas que pone por delante sus valores: claridad, compromiso, dedicación y esfuerzo.

 

Profesionales con ilusión por hacer las cosas como se deben hacer: bien hechas. Con la atención puesta en todo momento en el compromiso adquirido con nuestros clientes, para que todo salga como nos gusta.

 gusto por las Cosas Bien Hechas

Te damos la bienvenida a Las Tres Gracias, aquí encontrarás lo que necesitas en todo lo relacionado con la impresión, la personalización y el diseño, tanto para ti como para tu empresa o negocio.
Ponemos a tu disposición un amplio abanico de posibilidades:

 Empresa: Tienes todo lo que necesitas en artículos publicitarios modernos,  tradicionales, originales, electrónicos, ecológicos…, ideales para marketing, publicidad, eventos y celebraciones de cualquier tipo.
Encuentra en nuestra sección de artículos los productos que mejor se adapten a tu marca, sector o temática deseada.
Estamos a tu disposición para que puedas desarrollar un proyecto único, exclusivo y adaptado a las necesidades propias de tu empresa.
Te ayudará a que tengan en mente tu negocio con el obsequio de un objeto publicitario útil al alcance de su vista en el día a día.

Particular: Crea tus propios regalos originales únicos para cualquier ocasión: Cumpleaños, comuniones, noche de pijamas, día de la mamá del papá… En nuestro catálogo encontrarás camisetas, llaveros, mantas, mochilas, tazas, cuentos, juegos y cualquier producto que se te ocurra. Todo se puede personalizar 100% a tu gusto, para crear tu regalo personal, único y exclusivo.

También disponemos de decoración y muchas ideas para decorar tu fiesta como a ti te guste, con la temática que elijas para cada ocasión.

La historia de Las Tres Gracias

Según la mitología griega y romana, las Tres Gracias (Aglaya, Talía y Euphrosyne) representan la abundancia, la alegría y la belleza, la creatividad humana y la fertilidad. Su representación, en múltiples formas y diseños, es una imagen bien conocida y atractiva.

Hay otra versión, menos conocida, que hace referencia a los dones, a los regalos: una de ellas hace la gracia o el don, otra la recibe, y la tercera devuelve el beneficio recibido. Son jóvenes doncellas porque la memoria del beneficio recibido por ningún tiempo ha de envejecer; riéndose, por el gozo, contento y alegría con que hemos de dar.

Dos de ellas están de cara a quien las mira, la otra está de espaldas, dándonos a entender que de la gracia que recibiéramos, hemos de dar muchas gracias y reconocerla manifiestamente, y del beneficio y gracia que nosotros hiciéramos hemos de olvidarnos, por no dar en rostro con que el que lo recibe. 

Están desnudas, porque lo que se da ha de ser sin cobertura ni disfraz, pretendiendo interiormente en nuestro ánimo recompensa alguna; están todas tres trabadas de las manos, dando a entender que el hacer gracias y recibirlas entre los amigos ha de ser con perpetuidad y con una trabazón indisoluble, acudiendo siempre en las ocasiones a lo que obliga la amistad. (Sebastián de Covarrubias)

La historia de Las Tres Gracias

Según la mitología griega y romana, las Tres Gracias (Aglaya, Talía y Euphrosyne) representan la abundancia, la alegría y la belleza, la creatividad humana y la fertilidad. Su representación, en múltiples formas y diseños, es una imagen bien conocida y atractiva.

Hay otra versión, menos conocida, que hace referencia a los dones, a los regalos: una de ellas hace la gracia o el don, otra la recibe, y la tercera devuelve el beneficio recibido. Son jóvenes doncellas porque la memoria del beneficio recibido por ningún tiempo ha de envejecer; riéndose, por el gozo, contento y alegría con que hemos de dar.

Dos de ellas están de cara a quien las mira, la otra está de espaldas, dándonos a entender que de la gracia que recibiéramos, hemos de dar muchas gracias y reconocerla manifiestamente, y del beneficio y gracia que nosotros hiciéramos hemos de olvidarnos, por no dar en rostro con que el que lo recibe. 

Están desnudas, porque lo que se da ha de ser sin cobertura ni disfraz, pretendiendo interiormente en nuestro ánimo recompensa alguna; están todas tres trabadas de las manos, dando a entender que el hacer gracias y recibirlas entre los amigos ha de ser con perpetuidad y con una trabazón indisoluble, acudiendo siempre en las ocasiones a lo que obliga la amistad. (Sebastián de Covarrubias)