La historia de los regalos promocionales viene de un buen tiempo atrás.

Se dice que el regalo promocional ya lo utilizaban los antiguos egipcios cuando obsequiaban a reyes y personas influyentes en la sociedad, ciertos objetos valiosos para ganarse su favor.

Y avanzando un poco más en la historia, vemos cómo en cuentos infantiles y películas se ofrendan con regalos singulares y de gran valor a reyes y reinas, marqueses, duquesas.

Los primeros artículos promocionales conocidos en Estados Unidos son las galletas de campañas utilizadas durante la elección de George Washington en 1789.

Durante el siglo XIX, un cierto número de calendarios y de reglas graduadas fueron distribuidos con fines publicitarios. Sin embargo, la fabricación y la distribución de artículos promocionales todavía no se hacía por medio de industrias organizadas.

Jasper Meeks, un impresor de la ciudad de Coshocton en Ohio, es considerado por muchos como el creador de esta industria. Él convenció a una tienda de zapatos local para que regalara mochilas sobre las que el logo de la tienda se imprimía en una escuela de los alrededores. Henry Beach, un impresor de la misma ciudad y un competidor de Meeks, reutilizó la idea. Ambos se pusieron a imprimir y a vender bolsas, cajas de papel, abanicos, calendarios, gorras, delantales, así como sombreros para los caballos.

En 1904, doce fabricantes de artículos promocionales se agruparon con el fin de fundar la primera asociación profesional del sector. Esta organización actúa ahora con el nombre de Promotional Products Asociación Internacional o PPAI. En 2011, pertenecían a ella 10.000 miembros.

Hasta nuestros tiempos han estado presentes de una u otra forma, establecieron una potente herramienta de promoción y marketing.